Soy ese nombre que resuena en tu mente alguna que otra noche, cuando cierras los ojos entre esas sábanas donde mi perfume solía impregnar tus sueños...¿lo recuerdas?...
Ya ni me recuerdas, de eso no tengo dudas, pero este duelo que dejaste en mí aún persiste algunas veces...¿felíz con todo aquello tan importante en tu mundo tan patético?...
Trato, después de tí, de reconstruir ese mundo que tú destruiste, estoy aquí buscando la luz en medio de la oscuridad...aún sigo aquí, y sé que la lluvia vendrá para lavar tu nombre en mi destino, y vendrá un ángel que por fin cure mis heridas...
Aún quise creer, ingenuamente, que al menos una palabra tuya, un beso, un abrazo, un poema al menos fue real...pero la noche nuevamente me hizo ver la verdad: comprendí que jamás me amaste...no fuí más que la nada, una triste burla, una marioneta oscura para tu placer...
Debo decirle "adiós" por fin a tu memoria, dejarte en el ayer, cerrar esa maldita puerta, no recordar las noches, esas farsas donde me mirabas a los ojos y me decías que me amabas, que era yo todo para tí...cruel engaño, cruel mentira..jamás volveré a nombrarte, ni a recordar tu rostro como antes, con el cariño que, a pesar de las heridas y de tantas lágrimas que por tu causa derramé, aún, en el fondo de mi corazón te tenía, porque finalmente comprendí que no fuiste más que una mentira, y que yo no fuí nada para tí...
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