¿Cómo es que justificas
esta amarga traición,
que me congela hoy el alma
y me hiere el corazón?
¿Acaso no puedes verme?
lloro en la noche por ti
intento entender,
si puedo,
tu forma de pensar...
¿Es que acaso no aprendiste del pasado?
Pero jamás será así...
eres lo más bello dentro del dolor hermoso
que justifica tu traición.
¡Dime qué he hecho
para que te burles de mí!
Mira a tu pobre niña
que clama a gritos por ti
¿Te volverás a mirarla?
No lo creo, estás muy feliz así.
Eres capaz de soltarme al viento
¿no te das cuenta
del desgarrador dolor que me causas?
¿Qué he hecho para que me apuñales otra vez?
Sólo quería un poco de tu amor
un sólo abrazo tuyo,
no te pedía más...
y hoy me miras
pero yo te miro sin mirar,
atrévete a mirar mis ojos,
ellos dicen la verdad
pues llevo dentro mío un dolor
que ya no puedo ocultar.
Me duele en alma,
de verdad, mirarte y comenzarte a odiar...
¡No me condenes a ese amargo suplicio
que no quiero recordar!
No me obligues a odiarte,
en el Nombre de Dios te lo ruego,
sangre de mi sangre.
Aquí yace tu niña,
mírala una vez más
antes de que su corazón
se convierta en piedra otra vez.